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Channel: Palaeos, la historia de la Vida en la Tierra
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Revive el canal de Youtube

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Hola que tal estimados lectores. Seguro habrán notado una baja considerable de posts en el blog. Esto se debe a que actualmente estoy llevando a cabo dos proyectos, por una parte, una serie de trabajos científicos formales que requieren mucho, pero mucho tiempo. Y por otra parte, me he dedicado, con la ayuda de mi productora a revivir el canal de Youtube. De momento, nuestros videos son cutres en calidad técnica, pero conforme pase el tiempo, la cosa mejorará, sin duda. Es por ello que les dejaré este video introductorio que grabamos con la ayuda de una tostadora y una caja de cerillas. Espero sea de su agrado y se suscriban para ver esta nueva etapa de paleoblog. 


Así que sin más, un saludo muy afectuoso desde este rincón del mundo.

PS. El blog escrito no muere... De hecho, se viene una paleoficha bien interesante y unas noticias rezagadas que no saldrán en el canal, pero acá sí. Hasta pronto. 

Los pigmentos más viejos

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Pigmentos en paleontología... Seguro que te suena a los que se conocen de dinosaurios y otros bichos extintos ¿no? Pues no todo es glamour vertebrado, hay muchísimos otros organismos productores de pigmentos, pero rara vez los consideramos. Unos de esos resultan ser también los más abundantes en biomasa del planeta, las bacterias.

Un bonito tapete microbiano, una comunidad de distintos tipos de bacterias. Fotografía de (CC)Alicejmichel.

Estos microorganismos pueden producir toda una variedad de pigmentos. Algunos tienen funciones fotosintéticas, como las clorofilas de las cianobacterias, que son capaces de hacer fotosíntesis oxigénica (de hecho, ellas la inventaron, antes que las plantas siquiera existieran). Otros pigmentos tienen funciones metabólicas, como los carotenoides y las porfirinas. Y son este último grupo el que acaba de ser descubierto en fósiles de ni más ni menos que 1.1 Ga (giga años), o 1,100 millones de años. Esto es varios ordenes de magnitud más viejo que los pigmentos conocidos en dinosaurios (que tienen "apenas" unos 160 millones de años como máximo).

La clorofila, el pigmento fotosintético de las plantas, se encuentra en los cloroplastos, que son ni más ni menos que cianobacterias que hicieron simbiosis con varios tipos de eucariontes, entre los que están las plantas.

El descubrimiento se hizo por un equipo de científicos multinacional y fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (abreviado PNAS). El descubrimiento de porfirinas es una evidencia indirecta de distintos tipos de clorofilas, pues las clorofilas se transforman en porfirinas durante la fosilización. Dada la ausencia de otros marcadores químicos como los esteranos (típicos de eucariontes) y dado que el tipo de porfirina se puede rastrear a un tipo especial de clorofila, se pudo establecer que hace 1,100 millones de años, durante el Mesoproterozoico, las comunidades de cianobacterias dominaban tanto el fondo marino (con tapetes microbianos de distribución global), como la columna de agua, dejando fuera a otros fotosintéticos planctónicos, como las algas eucarióticas (que ya habían surgido).

Tiempos de aparición de algunos pigmentos y grupos biológicos. En el cuadro rojo, las cianobacterias del estudio que damos a conocer aquí. En el cuadro azul, los primeros eucariontes. En el cuadro naranja, las primeras algas eucariontes conocidas (por su dominancia más que nada). Estos eventos tomaron lugar en el Paleoproterozoico y Mesoproterozoico (tabla a la izquierda de la imagen). Figura tomada de Gueneli et al. (2018).

Esto nos demuestra que en el mar, las bacterias regían incólumes aún durante el tiempo en el que ya habían surgido los eucariontes. Estas comunidades formaron parte del tercer pulso del gran evento oxidativo que cambió completamente la dinámica atmosférica de nuestro planeta, cambiando la atmósfera de un régimen reductor, a uno oxidante.

Fuente:
Gueneli, N., McKenna, A. M., Ohkouchi, N., Boreham, C. J., Beghin, J., Javaux, E. J., & Brocks, J. J. (2018). 1.1-billion-year-old porphyrins establish a marine ecosystem dominated by bacterial primary producers. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201803866.

Tu Quetzalcoatlus está mal...

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Hola que tal estimados lectores, tiempo sin leernos... Ya saben, ahora que soy youtuber, soy rico y desde mi bote de oro sólido en las costas de Dubai, no hay mucho tiempo de escribir... No, ya en serio... Editar lo trae a uno como loco. Lo que haré será mejor grabar mi horrenda cara y así ya no tendré que usar tanta imagen... En fin. Hoy en un post de facebook el buen Sergio de la Rosa me preguntó algo que desencadenó en una búsqueda y análisis de lo que siempre di por hecho: la forma de la cabeza de Quetzalcoatlus northropi.

Restauración del aspecto en vida de Quetzie por el artista Nikolay Zverkov.

Resulta que casi todos estamos habituados a ver una cresta en forma de cajita en la cabeza de este bicho. Tanto así que incluso, las reconstrucciones más buenas, como esta:

Escultura/maqueta/divinidad de paleoarte, de Quetzie en tamaño real. Original de Blue Rhino Studio.

Llegan a presentar dicha cresta. Pero ¿en qué se basa? Pues en el artículo más conocido sobre la forma de la cabeza de Quetzie, de hecho, el primero en abordar el asunto y si me preguntan, el mejor:

Pasada de artículo. Cita completa al final de este artículo.

En fin. En dicho trabajo podemos ver la siguiente figura:



Esta ha sido mal interpretada de tal forma que, la cresta de cajita se volvió meme (i.e. una reproducción cultural). Pero si vemos bien la figura, notaremos que las líneas punteadas indican que esa parte no está completa y que "le falta"... De tal forma que CUALQUIER cresta en forma de cajita queda automáticamente invalidada... Como esta:

Quetzie de Maija Karala.

Y no me mal entiendan, el que algo esté mal, no lo hace automáticamente malo. Simplemente es un nuevo dato que hay que tener en cuenta. Si miramos el artículo, veremos que hay más material craneal con crestas. Veamos:

Dos cráneos con "cajita feliz". Note como en el cráneo B (TMM 41961-1) la cresta pareciera tener un foramen, porque está rota y además, podemos ver lo que le falta a la cresta del ejemplar B (TMM 41954-62), altura. Las partes en blanco seguramente son yeso (escayola) u otro material de restauración. tomado de Kellner y Langston (1996).

Y bueno, muy muy criticando, pero y entonces ¿cómo era? Bueno podemos tomar parientes cercanos para hacernos una idea, pero la verdad es que casi no conocemos cráneos de azdárquidos, por lo que algo así es lo más plausible (a falta de más evidencias).

Monstruosidad hecha por mi, basado en el trabajo de Kellner y Langston.

Lo curioso es que antes de que la cajita (una MALA interpretación de una ilustración científica) se pusiera de moda por copy/paste, algunos artistas echaron ojo personalmente al paper (o quien los asesoró lo hizo), teniendo resultados como este:

Paleoarte de Todd Marshall.

Así que ya lo sabe querido lector, la cresta de cajita nunca existió, fue producto de no buscar información suficiente y no leer los trabajos que a los pobres científicos de a deveras les cuesta tanto trabajo hacer. Así que si ahora dibujarás un quetzie, recuerda: NO TENÍA CRESTA DE CAJITA. Así que sin más, nos vemos en la próxima entrega. Pásenla muy bien.

Fuente principal:
Kellner, A. W., & Langston Jr, W. (1996). Cranial remains of Quetzalcoatlus (Pterosauria, Azhdarchidae) from Late Cretaceous sediments of Big Bend National Park, Texas. Journal of Vertebrate Paleontology, 16(2), 222-231.

¿Pliosaurios gigantes?

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Si eres de la ya "vieja escuela" y viste documentales como Paseando con dinosaurios o "Monstruos marinos" (del que por cierto, hice un review aquí: https://youtu.be/zSBSQp1gUHE), seguro que estás familiarizado con las ENORMES dimensiones del pliosaurio conocido como Liopleurodon ferox.

Imagen clásica de un Liopleurodon asechando a un Ophthalmosaurus. Propiedad de la BBC.

A este bichín le achacaron unas dimensiones de ni más ni menos que ¡25 metros de largo! Para que se hagan una idea de la brutalidad que eso implica, les pongo esta bonita imagen de escala:

Liopleurodon escalado a 25 metros vs un mundano mortal de 1.75 m. Silueta modificada de Trefor Woronov.

Sin embargo, evidencia reciente sugiere que en realidad, el pobre pliosaurio de "paseando con" fue godzileado, pues medía un máximo de apenas 6.4 metros de longitud. Algo así:

La realidad, ni alcanza el tamaño de la cabeza... Silueta nueva y científicamente correcta modificada de Slate Weasel.

Esto fue un golpe devastador para los awesomebros, que querían quizá una peli de Liopleurodon vs Godzilla o algo así... Y desde entonces, se han puesto a buscar por todos lados DESESPERADAMENTE para poder encontrar las pelotas del dragón la evidencia que sustentara pliosaurios así de brutales. Para su desgracia, los fósiles sugieren que los pliosaurios más grandes medían a lo sumo 13 metros de largo. Algo así:

"Pliosaurus" funkei, el pliosaurio más grande reportado y que no está basado en aire. A este bicho se le conoce también como Predator X y como el pliosaurio gigante de Svalbard. Silueta modificada de DaCaTaraptor.

Pero dicen que la esperanza muere al último ¿no? Pues en 2003 resucitó con el reporte de un fósil mexicano... El Monstruo de Aramberri (ese nombre es por un poblado cercano a donde se encontró). En el artículo científico original los autores dicen "A cautious extrapolation would then indicate a 15 meter long juvenile animal" (una extrapolación cautelosa indicaría un juvenil de 15 metros). Pero hay problemas con esto. Lo primero es que usaron a un Liopleurodon para extrapolar el diámetro de sus vértebras con las del bicho de Aramberri. Algo que NO SE DEBE HACER. Ya que las proporciones corporales pueden variar mucho (dado que el monstruo de México no es un Liopleurodon). Además, el estatus de juvenil es dudoso y actualmente no se soporta.

La exageración de Aramberri. Silueta del mismo por Eduardo "karkemish00".

Actualmente el monstruo de Aramberri se estima en un promedio de 11.7 metros... Y por ende, no figura entre los pliosaurios más grandes.

El monstruo peleando comparado contra el depredador X, del cual hablaré en el siguiente párrafo...

Los pliosaurios realmente grandes son, por un lado "Pliosaurus" funkei, con una talla estimada de 13 metros. Pero aún con todo, esas dimensiones deben ser tomadas con cautela, pues los restos no son muy completos que digamos. Y justamente los autores de ese estudio lo indican diciendo "However, body proportions of an animal may vary through ontogeny, and/or due to differences in ecology and ancestry, which makes it difficult to use isolated or fragmented skeletal material to estimate size and compare body proportions" (Sin embargo, las proporciones corporales de un animal varían en el curso de su ontogenia y/o debido a diferencias en su ecología y ascendencia, lo que hace difícil usar material esquelético aislado o fragmentado para estimar tallas y comparar proporciones corporales). Y me gustaría que usted, querido lector, se grabara y tomara como lema esas palabras, porque no sólo son ciertas, sino que DEBERÍAN ser usadas por todos los que estiman tallas a partir de pedacitos. Otros reportes de pliosaurios gigantes, como el de Kronosaurus queenslandicus nos sugieren que 9 metros sería el tamaño promedio de los gigantes (el máximo de Kronosaurus es de 10.5 m). Y aún así, estas dimensiones serían una rareza.

Estas serían las tallas de los pliosaurios gigantes, empleando no el sensacionalismo, ni la prensa, sino los reportes científicos. Y usándolos con cautela. Siluta de Kronosaurus original de Smokeybjb.

Así que mis queridos lectores, la BBC y los medios, así como los malditos awesomebros de carnivoraforum y prófugos de esos sitios nos han estado mintiendo. Todo, para satisfacer carencias personales y deseos profundos que involucran cosas largas y gigantes... ¡COCHINOS! jajaja

En fin, eso es todo por hoy, si este video te... Perdón, la costumbre. Hasta pronto mis queridos lectores.

Fuentes principales:
Buchy, M. C., Frey, E., Stinnesbeck, W., & López-Oliva, J. G. (2003). First occurrence of a gigantic pliosaurid plesiosaur in the late Jurassic (Kimmeridgian) of Mexico. Bulletin de la Société géologique de France, 174(3), 271-278.

Knutsen, E. M., Druckenmiller, P. S., & Hurum, J. H. (2012). A new species of Pliosaurus (Sauropterygia: Plesiosauria) from the Middle Volgian of central Spitsbergen, Norway. Norwegian Journal of Geology/Norsk Geologisk Forening, 92.

McHenry, C. R. (2009). Devourer of Gods: the palaeoecology of the Cretaceous pliosaur Kronosaurus queenslandicus. Tesis doctoral. Universidad de Newcastle.

Stinnesbeck, W., & Frey, E. (2014). Paleogeography and paleoenvironment of Mexico during the Mesozoic. Dinosaurs and Other Reptiles from the Mesozoic of Mexico: USA, Indiana University Press (Series Life of the past “), 13-29.

Kear, B. P. (2003). Cretaceous marine reptiles of Australia: a review of taxonomy and distribution. Cretaceous Research, 24(3), 277-303.

Sin cachetes por favor

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Cachetes, eso que a los obesos como yo nos sobra y que a los dinosaurios al parecer les faltaba. Gracias al chavo del 8, ahora toda latinoamérica sabe que los cachetes son las mejillas. Pero estas estructuras tienen una base anatómica, concretamente el músculo bucinador. Este de acá:

El bucinador en humanos. Imagen de autor desconocido.

Y el bucinador cumple varias funciones. Una de las más importantes es impedir que la comida se nos salga de la boca cuando masticamos y para ello, se une a piel y tejido fibroso, en una estructura llamada: carrillo. Esta de acá:

El carrillo. Crédito en la imagen.

Para quien sepa algo de anatomía comparada, sabrá que este complejo muscular es único de mamíferos, pues también tiene funciones durante la mamada... De la leche materna, junto con el orbicular (el que forma los labios) y otros músculos... Y por ende, son de aparición evolutiva exclusiva.

El bucinador en varios mamíferos. Imagen de autor desconocido.

Pero eso no detuvo ni por un momento a los dinosaureros, quienes de forma apresurada, introdujeron esta anatomía mamiferiana (la de los carrillos y el bucinador) en las restauraciones del aspecto en vida de muchos dinos y en particular, de los ornitisquios. Esta idea fue propuesta en la ciencia por Richard Swann Lull desde 1903. Quien en un trabajo sobre Triceratops dijo "la comida reunida por el pico cortante era probablemente troceada en pedazos pequeños por los dientes, siendo retenida en la boca por la pared muscular de los cachetes". Y desde entonces, todo el tiempo se hizo a los dinosaurios ornitisquios con este look:

En la imagen vemos  a los dos grupos de dinos que se representan más frecuentemente con carrillos, los ceratopsios (acá con Coahuilaceratops magnacuerna) y los hadrosáuridos (acá con Latirhinus uitstlani). Arte cercenado del original de Román García Mora. Por si no notan los carrillos, vea la siguiente imagen.

¿Ahora sí se entiende de qué estamos hablando?

Pero hay un problema... Los dinosaurios NO tenían el músculo bucinador... Entonces ¿cuáles músculos de los cachetes invocó Lull? En 1973, Peter M. Galton abordó de nuevo el tema de los cachetes (imagínense, tuvieron que pasar 70 años para que alguien se preguntara ¿en serio tenían cachetes?). Pero la mente de Galton estaba envenenada con la sucia mamiferiosidad cachetal... Pues estaba plenamente convencido de que los dinosaurios ornitisquios debían tener cachetes, para impedir que la comida se les saliera de la boca. Esto llama la atención, pues reptiles modernos como las iguanas herbívoras no tienen cachetes y no tienen problemas comiendo.


El argumento era: no, no, es que los ornitisquios tienen dientes más complejos que las iguanas y los más avanzados como ceratópsidos y hadrosáuridos hasta baterías dentales tienen, no es lo mismo. Pero al menos Galton reconocía que en ornitisquios de una fila de dientes, simple, no habría carrillos. 

Vea la boca lagartijoide que tiene ese Lesothosaurus de Wayne Barlowe. Así es el modelo de Galton del 73 para los ornitisquios que no fueran ceratopsios o hadrosauroides. Pero al parecer medio mundo se lo pasó por los hue...

Y bueno, si los carrillos verdaderos están hechos del bucinador en mamíferos, ¿de qué rayos estaban hechos los de los dinosaurios? Los anatónomos de reptiles y aves sugirieron pertinentemente la presencia de un complejo llamado músculo aductor de la mandíbula, del que el externo sería el más importante. Si vemos, en los reptiles, este músculo ancla en la parte más trasera de la mandíbula:

Posición del aductor mandibular en reptiles basales como la tuatara. Esquema original de Jones et al. (2009).

Pero en las aves, se inserta más o menos a medio camino, como en este esquema:

Músculo aductor mandibular en un periquito. Esquema modificado de Sereno et al. (2010). Para ver más de cómo se inserta este complejo de músculos en aves (Passeriformes) puedes hacer clic en Previatto y Posso (2015).

Y en los dinosaurios se había propuesto un modelo similar al de las aves. Sin mucho reparo en el análisis de la textura del hueso subyacente, para corroborar que ese es el lugar donde anclaba el músculo.

Posición del aductor de mandíbula en Psittacosaurus sp. Modificado de Sereno et al. (2010).

A pesar de eso (que se mostraba que NO existían carrillos). Los ilustradores, hacedores de maquetas y uno que otro científico necio, insistía que debían tener carrillos. La excusa era simple: "no se ha hecho un estudio concluyente del músculo aductor externo, no sabemos...". Pues ¿qué creen? Que ahora sí que sabemos. Gracias a un estudio recién publicado, ahora sabemos que la posición del aductor mandibular externo estaba mal en muchos dinosaurios, especialmente para ceratopsios y hadrosauroides. Pues no estaba posicionado como se pensaba (atrás en la mandíbula o al medio) y además no existía la propuesta de músculo bucinadoroide imaginario que se había sugerido.

Nuevo paradigma en cuanto a los músculos aductores mandibulares. Note cómo desaparece el músculo imaginario y cómo se expanden los pterigoideos ventrales, así como el cambio de posición del anclaje de los aductores. Ilustración de Ali Nabavizadeh.

Pero tranqui, que el aductor mandibular no es el único complejo muscular en la boca. Ahí falta el que vimos antes en las aves y dinos de las figuras anteriores, el llamado "pseudomasetero". Este se inserta en la cresta premaxilar-maxilar y le da a la boca ese "cierre" que le falta en la parte anterior, superior. Algo así:

Posición aproximada del pseudomasetero. El complejo aductor se muestra con transparencia. Mono feo hecho por mi.

Este modelo también aplica para el resto de ornitisquios. Y es de particular interés en el argumento de "ay no, porque se les cae la comidita", ya que elimina el "problema". Eso sí, nada del equivalente monstruoso del bucinador. Algo así:

Figura tomada de Nabavizadeh (2018). OJO, en la parte de la boca sólo se incluye el complejo aductor, nada del pseudomasetero. Para eso hice estos rayones horrendos:

En azul, el pseudomasetero o algo así. 

Acá vale la pena discutir esa imagen anterior. En los dinosaurios primitivos de bocas largas y una fila dental (A) vemos que la posición del complejo aductor queda atrás en la mandíbula, lo que dificulta la presencia de un pseudomasetero o de existir, estaría presente en la parte de atrás de la boca. Esto validaría el modelo expuesto por Galton y cuya ilustración podemos ver atrás, con Lesothosaurus. En el caso de los ceratopsios, la boca se cierra sin problema alguno. Para los hadrosauroides queda espacio "de sobra" que bien podría ser ocupado por un pseudomasetero más grande. Ahí sí, habría que esperar a un estudio de ese músculo. Y destaca el caso del anquilosaurio, pues acá hay algo importante que mencionar... "Sobra" un espacio grande... Pero ¿qué creen? Pues que en realidad no sobra nada, pues como muestra el siguiente cráneo de Panoplosaurus, estaba cubierto por osteodermos.

Simplemente no se puede hablar de cachetes y no mencionar a este cráneo. Osteodermos (hueso dérmico) en colores. En vida, no estarían llenando la cavidad, sino embebidos en la piel.

Una cosa curiosa es esta reconstrucción de la boca de este dinosaurio. La cual, según lo visto por la musculatura que hemos abordado hasta ahora, sugiere que esa configuración está errada y que la boca estaría cerrada por un "pseudocachete".

Reconstrucción oral errónea de Panoplosaurus. Ilustración de Tracy Ford.

Es decir, en todos estos dinosaurios avanzados, la apertura oral estaría prácticamente limitada al pico y en los costados estaría restringida por tejido oral que en la parte profunda tendría principalmente los músculos aductores y el pseudomasetero, rodeados de una vaina fibrosa pequeña y bordeada esta por piel. Así que nada de cachetes de burro clásicos que les ponen a los pobres ornitisquios y definitivamente CERO pseudocachetes para ornitisquios primitivos y sencillos como los heterodontosáuridos, ornitópodos no hadrosauroides (o iguanodontoides), estegosaurios y anquilosaurios sin osteodermos de mejilla.

Nuevos estudios nos regresan a las raíces del paleoarte de inicios de siglo XX... Este estegosaurio tortugoso, curiosamente es más afín a la realidad que los pobres con cachetes de burro flaco que todos hacen como meme. Ilustración de Zdeněk Burian.

Y en el caso de los dinosaurios ornitisquios avanzados como ceratopsios y hadrosauroides ¿cómo serán sus pseudocachetes? Pues hay un artista que los ha estado haciendo desde hace ya varios años... Discretamente, pero contundente. Se trata de Lukas Panzarin. Y su modelo se ajusta bastante bien a lo recientemente descubierto, con cambios menores. Veamos.

Kosmoceratops richardsoni por Lukas Panzarin. Note usted cómo discretamente este ceratopsio no tiene cachetes de marrana flaca, sino tejido oral y una apertura oral amplia. Así sería como deberían de ser.

Y para los hadrosauroides el modelo sería algo así, como este Jeyawati rugoculus, sólo que con un poco más de musculatura. Obra también de Panzarin.

Así que ya lo saben estimados lectores, digan NO a los pobres ornitisquios con cachetes de burra flaca. Simplemente, los dinosaurios no tenían cachetes porque eso es EXCLUSIVO de los mamíferos. Sólo vean a las aves, ellas tienen el complejo aductor, el pseudomasetero y tejido oral, pero NO cachetes y les va retebien... No lo olvidemos, los dinosaurios eran más similares a las aves de lo que pensábamos y estudios como este, lo ratifican. Ya veremos qué pasa con los "labios" en otra entrada del blog, pues eso le compete a los dinosaurios carnívoros más que nada. Hasta la próxima, preciosos.


Fuentes:

Lull, R. S., & Brown, B. (1903). Skull of Triceratops serratus. Bulletin of the American Museum of Natural History. 19(30): 685-695.


Galton, P. M. (1973). The cheeks of ornithischian dinosaurs. Lethaia, 6(1), 67-89.

Jones, M. E., Curtis, N., O'Higgins, P., Fagan, M., & Evans, S. E. (2009). The head and neck muscles associated with feeding in Sphenodon (Reptilia: Lepidosauria: Rhynchocephalia). Palaeontologia Electronica, 12(2).

Sereno, P. C., Xijin, Z., & Lin, T. (2010). A new psittacosaur from Inner Mongolia and the parrot-like structure and function of the psittacosaur skull. Proceedings of the Royal Society of London B: Biological Sciences, 277(1679), 199-209.

Previatto, D. M., & Posso, S. R. (2015). Jaw musculature of Cyclarhis gujanensis (Aves: Vireonidae). Brazilian journal of Biology, 75(3), 655-661.

Nabavizadeh, A. (2018). New reconstruction of cranial musculature in ornithischian dinosaurs: implications for feeding mechanisms and buccal anatomy. The anatomical record. Special Issue Article. doi: 10.1002/ar.23988

Pósum VS Opósum

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Hola que tal lectores, en esta ocasión quiero comentar una imagen que me topé y que creo que es un buen pretexto para enseñar algunas curiosidades de estos bichines.

Momazo tomado del feis.

Paleonenes, eso NO es una zarigüeya, ese nombre común se emplea únicamente para didélfidos del nuevo mundo, con la notable excepción de Metachirus nudicaudatus (llamado yupati o tlacuache cuatro ojos) y Chironectes minimus (denominado yapok o cuica de agua). Y con la notable excepción ocasional de los tlacuaches (Didelphis spp.). Al resto de marsupiales americanos se les dice zarigüeya de una u otra forma, aunque sean muchas, muchas especies.

Tan sólo en México existen todos estos "tlacuaches".

Lo que sale en la foto del meme es un Trichosurus vulpecula, fotografiado cerca de Opotiki, Nueva Zelanda (de donde por cierto, es fauna introducida, pues es originario de Australia). Su nombre común es "pósum cola de cepillo". En inglés se les dice "possum" (de ahí el anglicismo de 'pósum') y algún despistado lo confundió con "opossum" (note la "o" al inicio), que es el nombre común en inglés de las zarigüeyas, específicamente de los que nosotros los mexicanos llamamos tlacuache norteño (Didelphis virginiana).

Hembra de Didelphis virginiana (OPOSSUM) con sus bebés.

Los nombres possum y opossum están relacionados lingüísticamente. El original es "opossum" (para los tlacuaches norteños) y deriva del idioma powhatan (nativo americano) y significa "animal blanco" (porque el tlacuache norteño tiene pelos de guarda blancos). "Possum" es el nombre "copiado", ya que los angloparlantes PRIMERO conocieron al tlacuache norteño (al opossum) y DESPUÉS conocieron a los falangéridos australianos y los bautizaron como "possums" (¡Qué original!).

Vaya, hasta gramarly (una página de gramática del inglés) tiene un artículo sobre estos bichos.

Y aunque, como dije, la palabra opósum y pósum están relacionadas, los bichos a los que se las pusimos como nombre, no tanto. Y en realidad, pósum se usa para dos grupos de marsupiales, por un lado, para los falangéridos (como el del meme) y por otro lado, para la mayoría de los miembros de la superfamilia Petauroidea. Pero ¿qué tan distantes pueden ser un pósum y un opósum (tlacuache)? ¿No mucho o sí? Después de todo, son marsupiales.

Relaciones filogenéticas de los marsupiales. En naranja, el linaje de los ameridelfios, marsupiales exclusivos de América. En azul, el de los australidelfios de los que un linaje (los microbioterios) vive en Sudamérica, mientras que el resto, habitan Australia. En rojo, las zarigüeyas (opossum) y los pósums (possum). Ilustraciones de Satoshi Kawasaki, Sheri Amsel, Rebecca V. Normile, Fiona Reid y Michigan Science Art.

Así que como pueden ver, paleonenes, un pósum está más relacionado a un canguro, antes que a un tlacuache. Así de distantes son los pósums de los opósums (tlacuaches). Ahora, sólo resta una cosa: no volver a confundir a estos bellos animales con bolsitas. Hasta la próxima.

Fuente de la filogenia:

May-Collado, L. J., Kilpatrick, C. W., & Agnarsson, I. (2015). Mammals from ‘down under’: a multi-gene species-level phylogeny of marsupial mammals (Mammalia, Metatheria). PeerJ, 3, e805.


La postura de un brontosaurio

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Hola que tal paleonenes. Bienvenidos a este, su blog. En esta ocasión escribo de nuevo desde la inspiración de un meme. Específicamente, este:


Y es que, me llamó la atención que se confundiera tan terriblemente a un brontosaurio con otro tipo de saurópodo, el braquiosaurio. Estos nombres comunes, claro, refieren al género Brontosaurus (que es válido y lo pueden leer aquí) y al género Brachiosaurus. Y para el paleofriki, esto es un pecado... Es como confundir a un Tyrannosaurus y a un Allosaurus. Se lo perdono al no paleofriki, al señor de la tienda... Pero el pecado está ahí. Y les explico. Los brontosaurios pertenecen a la familia Diplodocidae. Esta se caracteriza por tener una postura en el que el cuello y la cola "cuelgan" horizontalmente con respecto al eje de la espalda. Algo así:

Apatosaurus del artista Raúl Martín.

Y los braquiosaurios, pertenecen a la familia Brachiosauridae. Cuya postura es muuuuuy, pero muy distinta, ya que, las patas delanteras son más largas que las traseras y el cuello se posiciona en un ángulo cercano a los 45°. Algo más o menos así:

Brachiosaurus del artista marca de agua.

Estas posturas atienden a estrategias alimenticias muy distintas. Ya que los diplodócidos y sus parientes, con posturas similares, eran ramoneadores del estrato bajo. Se alimentaban de las plantas cercanas al suelo. Mientras que los braquiosáuridos, lo hacían del estrato alto, de las copas de los árboles y arbustos altos.

Giraffatitan, un braquiosáurido y Dicraeosaurus, un pariente de los diplodócidos. Arte de Sergey Krasovskiy.

Si referimos al conocimiento popular de los dinosaurios de este tipo, los saurópodos, notaremos que desde hace tiempo, se grabó en el imaginario popular la equivalencia: cuello largo = dieta de jirafa. Y como tal, muchos reconstruyeron a los diplodócidos (y cualquier otro saurópodo), siempre comiendo como jirafa, de arriba de los árboles. Y esto les era imposible, ya que las vértebras del cuello de estos animales nos dicen claramente su rango de movimiento y postura natural con bastante certeza (cabe destacar que hace falta el tejido blando para completar al 100% esta información).

Clásico brontosaurio con postura errónea, pero bien reconocido en la cultura pop.

Lo que quiero que sepan, pues es que la mayoría de juguetes de "brontosaurios" les tienen el cuello de cisne, bien, pero bien roto al pobre bicho... Y andar con el pescuezo roto para comer es lo más antinatural que pueda haber...


DI NO a los saurópodos con el cuello malo. Y sobre todo, no confundas a un brontosaurio con un braquiosaurio. Hasta la próxima.

Literatura científica (por si dudan de un servidor):

Stevens, K. A., & Parrish, J. M. (1999). Neck posture and feeding habits of two Jurassic sauropod dinosaurs. Science, 284(5415), 798-800.

Taylor, M. P., Wedel, M. J., & Naish, D. (2009). Head and neck posture in sauropod dinosaurs inferred from extant animals. Acta Palaeontologica Polonica, 54(2), 213-220.

Klein, N., Remes, K., Gee, C. T., & Sander, P. M. (Eds.). (2011). Biology of the sauropod dinosaurs: understanding the life of giants. Indiana University Press. Capítulo 15: Neck posture in sauropods.

No es un pacú

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Recién vi esta foto en Facebook y muchos comentaban con muchísima seguridad sobre la identidad del pez, otros decían que era un montaje y unos más simplemente estaban asombrados.

Madre mía ¡qué horror! ¿O no?

Sobre la identidad, la mayoría decía que era un pacú. Es decir, un pez de la familia Serrasalminae, que en realidad no es una especie, sino varias (clic en el enlace para ver cuáles).

Una de las varias especies de peces a los que se les dice pacúes. Foto de (CC)Citron.

Y para muestra que no es un pacú, acá una fotografía de cómo lucen sus mandíbulas:

Boca de pacú. Foto de (CC)Loury Cédric.

Y ahora una en vida, por si sospechan que le fueron removidos los dientes o algo así.

Pacú fresco. Foto de autor desconocido.

Noten cómo no tiene tantos dientes ni en tantas filas como el de la foto que inspiró esta entrada de blog. Y es que en realidad, como dice el título de este post, eso no es un pacú, sino un pez conocido como "sargo". Los sargos son peces (varias especies) de la familia Sparidae (se dice "spáride"). Y ahora una muestra:

Archosargus pourtalesii.

Y podrán no ser tan impresionantes como un pacú, pero sí que tienen unos dientes temibles.

"Temibles" dientes de un espárido.

Es raro que estén tantos dientes apilados en tan poco espacio... Pero más raro resulta que en la parte frontal tengan dientes similares a nuestros incisivos... Pero eso es sólo una coincidencia. Si vemos más atrás, notaremos que las varias filas que componen la boca de un espárido están llenas de dientes más romos. Esos dientes sirven a estos peces para poder machacar sus alimentos, que generalmente son crustáceos y equinodernos, de caparazón rígido. Es decir, son dientes durófagos. En este video podemos ver un grupo de espáridos buscando comida en el fondo.


Así que ya lo saben, si les dicen que esa boca rara pertenece a un pacú, les están mintiendo quizá inocentemente, al no conocer a los espáridos o sargos. Si es el caso, muéstrenle este post sencillo. Y bueno, por ahora es todo, hasta la próxima queridos lectores.



PS. por cuestiones de trabajo y responsabilidades extra, no pude hacer mi tradicional top 10 de descubrimientos paleontológicos. Una disculpa, ya no me ausentaré tanto del blog. Espero. O esto se volverá lentamente un desierto como el soberano blog del paleofreak.

PS2. Por cierto, esta imagen, fue creada en photoshop (si no miren cómo todos los dientes del "paladar" son copias de los otros), imitando el arreglo dental de un sargo...



¿Qué significa "tortuga"?

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A mi me encantan las tortugas. Desde su origen evolutivo, sus relaciones, su morfología, ecología, todo. Me parecen muy interesantes desde casi todos sus aspectos. No por nada les hice un top 10 en el canal de Youtube:


Pero además, siempre me ha llamado la atención lo escaso que es encontrar información sobre de dónde viene la palabra "tortuga". Para entenderlo, debemos ir a otra palabra que quizá has escuchado, la de "quelonio". Esta última viene del griego χελωνία (khelōnía) y significa "los kelós" y kelos o "chelus" como se suele transliterar viene también del griego χέλῡς (khélūs) y significa nada más y nada menos que... ¡Tortuga!


Así que libres de la duda asechante de si "chelys" en los nombres científicos de muchas tortugas podría significar algo más o de si "quelonio" esconde el significado, ya podemos estar seguros que no, pues todo eso significa simplonamente "tortuga".


Ahora sí... ¿Qué significa tortuga? Esa palabra deriva del catalán antiguo "tartuga", que a su vez deriva del italiano "tartaruga", por su parte, esta palabra deriva del latín "tartarucchus", que viene del griego ταρταροῦχος (tartaroûkhos). Y aquí se pone bueno, pues esa palabra sí significa algo más que tortuga, pues es el nombre dado a los espíritus guardianes del inframundo, específicamente del Tártaro.


Así mismo, las palabras inglesas "turtle" y "tortoise" derivan del latín, por lo que significan lo mismo. Y se piensa que esta palabra se empleó para designar a estos animalitos porque luego de estivar se les veía emerger de pozas lodosas, como si "brotaran" del inframundo.


Así que ahora lo saben estimados lectores, "tortuga" es un nombre derivado de la mitología medieval.


¿Cocodrilo, caimán o aligátor?

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Los cocodrilos... Ah, que bonitas criaturas. A ellos les he dedicado algunos posts en este blog como:

"Pobres cocodrilos"
Donde básicamente me quejo de que se le diga cocodrilo a cualquier crocodilomorfo. Y también esta:

"¿Qué es un cocodrilo?"
Donde explico qué es estrictamente hablando un cocodrilo y los otros grupos y rangos que contienen a estas criaturas. Este post quizá sea importante de leer como introducción a este, pero si no hay ganas, no hay problema, que todo puede seguir normal.

Si vienes del post anterior, acá hablaremos de Crocodilianos (orden Crocodilia o Crocodylia), un grupo de reptiles saurópsidos muy chulos que la gente suele agrupar como "cocodrilos", hasta que sale a la charla un gavial, caimán o alígator.

Gaviales.

Estos últimos son súper fáciles de reconocer, pues tienen un hocico muy largo y delgado, rematado con montones de dientes afilados. La familia Gavialidae cuenta con dos miembros vivos, aunque uno de ellos aún sigue en disputas familiares (al menos para algunos científicos). Por un lado tenemos al gavial, Gavialis gangeticus, especie en la que los machos portan un atractivo sexual en forma de gran bola en el extremo final del hocico. Y por otro lado tenemos a los falsos gaviales, motivo de riñas en bares entre sistématas de crocodilianos.

AlfTomistoma schlegelii, el falso gavial. Foto de Fritz Geller-Grimm.

¿Cómo reconocer al falso gavial? Tomistoma schlegeliies de coloraciones más opacas que los gaviales, sus ojos no son saltones hacia arriba y su cabeza, con excepción de su rostro agudo, es idéntica a la de cualquier otro cocodrilo. No poseen el porte fino de los gaviales. Hasta aquí todo de lujo...

Cocodrilo.

Pero estamos acá para responder otra cosa distinta, cómo distinguir un cocodrilo de un caimán de un alígator. Primero que nada, los cocodrilos tienen sus propia familia: Crocodylidae, que incluye a los géneros: Crocodylus (cocodrilos verdaderos), Osteolaemus (cocodrilos enanos) y Mecistops (cocodrilos de hocicos delgados).

Organismo del género Crocodylus.

Organismo del género Osteolaemus. Foto de Charlie Marshall.

Organismo del género Mecistops (antes Crocodylus). Note que tiene el hocico más corto que Tomistoma y carece de ese rostro inclinado que le da al otro cocodrilo "cara de Alf".

Todos estos cocodrilos tienen una característica importante que los distingue como familia a simple vista. Y es que en todos los casos, cuando los animales cierran la boca, podemos ver dientes de la fila inferior y de la fila superior, imbricados. Esto los distingue de otros crocodilianos de hocicos en forma de V (vistos desde arriba) y de los que lo tienen en forma de U.

Alígator americano.

En este último caso, hablo de la familia Alligatoridae, compuesta por dos subfamilias, la Alligatorinae que contiene al género Alligator y se conocen con el nombre común de aligátores. Y la Caimaninae, que son llamados caimanes. Un alígator, ya sea el de América del Norte (Alligator mississippiensis) o el enano de China (Alligator sinensis), cuando cierran la boca no se les notan los dientes de la fila inferior. Además, parecieran estar sonriendo de forma malévola, porque sus poderosos músculos les dan esa apariencia. Y en vista dorsal, sus hocicos tienen forma de U.

Alígator juvenil mostrando el hocico en forma de U.

Pero ¿qué pasa con la otra subfamilia de aligatóridos, la de los caimanes? Los caimanes pueden llegar a ser confundidos con cocodrilos o con aligátores, pero son distintos y es posible diferenciarlos. Para empezar, la subfamilia consta de tres géneros: Caiman (los caimanes, de los que la especie C. yacare recibe también el nombre de yacaré), Melanosuchus (el caimán negro) y Paleosuchus (con el caimán enano y el caimán postruso).

Organismo del género Caiman.

Organismo del género Melanosuchus. Foto de Jovem Rural.

Organismo del género Paleosuchus. Foto de Loury Cédric.

Los caimanes son un poco más difíciles de distinguir, pero casi todos ellos parecen crías de un cocodrilo mayor. Los caimanes del género Caiman poseen "cuernos", que en realidad son escamas encima de los ojos que dan esa apariencia. Además, poseen los dientes de la fila inferior ocultos, salvo por el diente número 4 que se asoma debido a una constricción que poseen en el hocico.

Caiman yacare. Foto de Andreas Trepte.

Caiman crocodilus. Foto de Robert Lawton.

Caiman latirostris. Crédito en la foto.

Esta condición es similar en el género Melanosuchus, con la salvedad que en éste, las protuberancias por encima de los ojos son menores.

Organismo del género Melanosuchus. Foto de Rigelus.

Y finalmente, Paleosuchus posee características similares al género Caiman, con la excepción de su hocico extremadamente reducido.

Organismo del género Paleosuchus. Foto de LordToran.

Y ahora una pequeña clave dicotómica para identificarlos. Espero sea de su agrado.


1. Hocico muy largo y delgado (2).
1'. Hocico ancho, moderadamente largo a corto (4).

2. Hocico largo (3), hocico muy largo (2').
2'. Hocico muy largo, muy agudo, mandíbula delgada; con ojos dispuestos muy arriba en la cabeza,  parte trasera de la cabeza cuadrada, machos con protuberancia nasal. Habita en el subcontinente indio................................................................................................................................Gavialis gangeticus.


Figura de Adam Britton.

3. Hocico largo, ligeramente inclinado hacia abajo, mandíbula gruesa en la base, parte trasera de la cabeza en forma triangular. Habita en Malasia, Borneo, Sumatra y Java...................Tomistoma schlegelii.
Distinto a esta descripción (3').


Figura de Adam Britton.

3'. Hocico moderadamente largo, agudo, con perfil triangular amplio, de hocico a la parte trasera de la cabeza. Habita en el oeste de África.
Género Mecistops, contiene dos especies.......................................M. cataphractusy M. leptorhynchus.


Ilustración de DSK, fotografía de Matthew H. Shirley.

4. En vista dorsal, hocico en forma de U o V, no asoman todos los dientes inferiores (5).
4'. En vista dorsal, hocico en forma de V, asoman los dientes inferiores (10).

5. Sin prominencias suprarbitales (6).
5'. Con prominencias supraorbitales (7).

6. Sólo asoman los dientes superiores, hocico largo.
Habita en América del Norte..............................................................................Alligator mississippiensis.
Distinto a esta descripción (6').


Figura de Adam Britton.

6'. Sólo asoman los dientes superiores, hocico corto.
Habita en China..............................................................................................................Alligator sinensis.


Figura de Adam Britton.

7. Prominencias supraorbitales pequeñas (8).
7'. Prominencias supraorbitales grandes, género Caiman (9). 

8. Hocico en forma de V, rostro corto. Habita Sudamérica tropical.
Género Paleosuchus, contiene dos especies..............................................P. palpebrosusy P. trigonatus.
Distinto a esta descripción (8').

Figura de Adam Britton.

8'. Hocico en forma de U, rostro con estructura descendente, de longitud moderada. Habita Sudamérica tropical..........................................................................................................................Melanosuchus niger.

Figura de Adam Britton.

9. Hocico corto, en forma de U. El cuarto diente inferior no asoma siempre. Habita en Brasil, norte de Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay...........................................................................Caiman latirostris.
Distinto a esta descripción (9').

Figura de Adam Britton.

9'.  Hocico corto, en forma de V. El cuarto diente inferior asoma siempre. Habitan desde el sureste de México y hasta el norte de Argentina.
Dos especies...............................................................................................Caiman yacare y C. crocodilus.

Figura de Adam Britton.

10. Hocicos moderadamente largos, en vista dorsal, forma de V, los dientes de la fila inferior son visibles, muchos tienen dos huecos en el extremo de la mandíbula inferior para acomodar dientes inferiores, poseen glándulas de sal en la lengua. Sus presoreceptores abarcan parte de la piel debajo de la mandíbula. Pueden habitar agua salada. Con 12 a 13 especies vivientes. Habitan en el trópico de todos los continentes.
Género.........................................................................................................................................Crocodylus.


Figura de Adam Britton.


¿Es serpiente, culebra o víbora?

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Hace poco vi un meme que me llamó la atención. Es este:

Momazo paintero.

En él, vemos que dice pictográficamente "te BOA besar" (te voy a besar, para los que no hablan centennial). Y me llamó la atención que en los comentarios de la imagen decía "te pitón besar", "te serpiente besar", "te culebra besar" o "te víbora besar". Y es que casi todo eso está mal. Si bien uno no es responsable de saber diferenciar una boa de una pitón, sí que es importante saber cuándo usar las palabras "serpiente", "culebra" y "víbora".

Boa constrictor.

SERPIENTE.
Es la más inclusiva de todas, pues su uso aplica para designar a cualquier miembro de un grupo taxonómico formal llamado "Serpentes" (sí, serpentes, no está mal escrito, está en latín). A éste pertenece cualquier ofidio viviente, pero no algunos miembros extintos, como Tetrapodophis amplectus del Cretácico, que tenía cuatro patitas.

Tetrapodophis amplectus, un ofidio, sí, pero no una serpiente. Ilustración de Julius Csotonyi.

Dentro de las serpientes tenemos muuuchos grupos, que por ahora no vale la pena detallar, cada uno tiene sus nombres comunes propios, muchos de ellos son transliteraciones de sus nombres científicos. Por ejemplo, un elápido es cualquier miembro de la familia "Elapidae". Pero casi nadie usa ese término (salvo los biólogos).

La cobra, una serpiente que además, es un elápido.

Nombres de familias que sí se usan como nombre común son:

CULEBRA
Se refiere a cualquier miembro de la familia "Colubridae". Las culebras son en su mayoría no venenosas, aunque como en casi todo, hay excepciones y para explicar bien eso, necesitamos muchos más renglones o bien, un buen video en Palaeos de YT. En fin. Entonces decirle "culebra" a un pitón, una boa, una coralillo o a una cascabel es un error, pues NINGUNA de esas serpientes pertenece a la familia de las culebras. Y son en cambio (en orden), un pitónido, un bóido, un elápido y una...

Una bonita serpiente, que además, es una culebra.

VÍBORA
Se refiere únicamente a los miembros de la familia "Viperidae" y a ninguna otra serpiente. Los vipéridos o coloquialmente, las víboras, poseen un par de afilados y largos colmillos en el frente del hocico que son retráctiles, condición que ninguna otra serpiente posee exactamente igual.

Trimeresurus subannulatus, una serpiente, que es una víbora.

Algunas víboras pueden desarrollar cascabeles en las colas, específicamente las del género Crotalus. A quienes a veces, se les refiere únicamente como "cascabeles" o "serpientes de cascabel" o "víboras de cascabel", todos ellos términos correctos. Pero jamás podrán ser "culebras de cascabel", por ejemplo.

Serpiente de cascabel o víbora de cascabel.

Y para finalizar, un resumen gráfico:

Todas estas son ofidios, pero sólo las que están dentro del cuadro azul son serpientes y dentro de ellas hay varios grupos, destacando a las víboras y culebras, como nombres comunes de las familias Viperidae y Colubridae, respectivamente. Ilustraciones de Satoshi Kawasaki.


¿Dónde están mis oídos Summer?

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Hola a todos. En esta ocasión quisiera abordar brevemente algo que he notado causa problemas a la hora de reconstruir dinosaurios. ¡El oído!


Y es que, he notado que muchísimos paleoartistas colocan el oído, o mejor dicho, la salida/entrada del canal auditivo externo (cuyo nombre técnico es meato auditivo) en esta parte del cráneo:


Esto desde luego me hizo voltear la cabeza y preguntarme ¿dónde se ubicaría realmente? ¿Si va en esa zona? Y es que, si lo notan, lo colocan excluyéndolo de la cabeza. Y para responder esto tenemos que hacer algo simple: ver a los dinosaurios modernos y sus parientes. O sea: aves y cocodrilos. En ellos ¿dónde está el oído?


En los cocodrilos el meato auditivo está próximo a la órbita, justo detrás del ojo.

En rojo, se señala el meato auditivo externo. En verde, la posición verdadera (aproximada) de la membrana timpánica. Fotografía de Hilary Bierman.

La posición del meato y de la membrana timpánica está justo debajo del escamoso y bordeado por detrás y por debajo por el escamoso, en un espacio llamado "receso ótico" (bújero pal oído, en términos menos formales). Si esto fuera similar en dinosaurios, el meato auditivo estaría situado en esta zona:

En amarillo, la posición del meato auditivo y de la membrana timpánica si el dinosaurio (en este caso un T. rex) tuviera la configuración de un cocodrilo.

Pero dado que los cocodrilos son parientes más bien distantes, lo mejor quizá sería mirar dinosaurios vivos, a las aves. Veamos dónde está el meato en las aves...


Jmmm... Tanta pluma obscurece el asunto. Veamos ahora dos ejemplos de aves sin plumas para apreciar mejor esto.

Cría de paseriforme. Noten cómo el canal está extremadamente bajo en el cráneo, casi en contacto con la mandíbula.

El canal auditivo de un casuario.



En las aves el oído se localiza en una región craneal llamada "receso timpánico". Éste, está ubicado detrás del cuadrado. Aunque suele emerger más arriba, en una zona llamada "rete mirabile auriculare".

En rojo la ubicación del meato auditivo en un pavo.

Precisamente esta ubicación hace pensar que si retrocedemos en el tiempo, la caja craneana se hará más pequeña y el oído seguiría emergiendo detrás del cuadrado, hasta que veamos de nuevo al cuadratojugal incorporarse como la parte más grande de la parte trasera de la cabeza y por ende, el oído quede fuera de la misma. Ese razonamiento es el que lleva a los paleoartistas a "sacar" el oído de la cabeza y situarlo en su margen trasero inferior.


Pero hay un detalle con esto. El hecho de que el meato vaya a dar "por fuera" del cráneo en las aves en esa "rete mirabile auriculare" es simple y sencillamente un artificio, producto de la extraña morfología de la parte trasera del cráneo de un ave. El cuadrado es simplemente muy grande y "estorba" a la salida original del cráneo del meato auditivo, que está ubicada originalmente en contacto con el borde del paraesfenoides. Y de hecho, hay que remover el cuadrado para poder apreciar esta estructura.

En rojo se indica la zona de donde surge el meato auditivo. El cuadrado ha sido removido.

Esto sugiere que en realidad, la posición ancestral del oído externo (o al menos de su base) está asociada a la parte alta de la fenestra temporal superior, justo en la zona de contacto del cuadratojugal (o cuadrado en algunos dinosaurios). Y esto tiene sentido, pues es la posición que también tienen los cocodrilos y no está ahí por casualidad. Está ahí porque es la zona más cercana a la región del neurocráneo donde se aloja el oído medio y el oído interno.

Posible ubicación del meato auditivo externo en un Allosaurus. Y una posibilidad extra (la de abajo).

Eso sí, no se coloca el oído en esta posición, pero ¿por qué? Resulta que si vemos un esquema de la musculatura de un dinosaurio ¡no hay espacio! Los músculos aductores de la mandíbula "estorban". Entonces ¿puede ser que todo este tiempo el oído estuviera fuera de la cabeza, en su margen?

m.a.m.e son los músculos aductores mandibulares externos

No lo sé Rick... Y es que todo el mundo rellena masivamente de músculos la fenestra como si no hubiera un mañana. Pero en realidad...


La cosa es que esos músculos no van tatuados en el margen de toda la fenestra (ni siquiera anclan ahí, sólo están de paso). Y en realidad, hay espacio suficiente para que el oído tenga su salida detrás de la fenestra y cerca del contacto del cuadrado/cuadratojugal con el escamoso.

Posible ubicación del meato. Note cómo está cerca de la caja craneana y el complejo aductor no estorba masivamente como se suele pensar. Digo, no por nada, las fenestras parecen estar "jaladas" hacia atrás, con más espacio del necesario.

Si volvemos a los cocodrilos, veremos que los MAMEs no estorban para nada y que el meato surge de una zona cercana a la caja cerebral y está situado detrás, pero tiene salida por delante, lo cual no es posible en los dinosaurios, de ahí que su salida estaría detrás, en el margen de la fenestra.

Alígator con musculatura resaltada, la encuadrada es el complejo del MAME. En amarillo la zona del canal auditivo.

Además, si lo consideramos la anatomía comparada y al resto de vertebrados terrestres, notaremos que todos tienen el oído incluido en la cabeza y NUNCA fuera de ella.

En rojo, la posición del oído de los dinosaurios.

Incluso, los que no tienen ni fenestras, ni oídos externos poseen esa ubicación DENTRO de la cabeza y nunca fuera.


Así que, bueno, puntos expuestos. Esto no es la verdad absoluta ni mucho menos, es sólo una hipótesis de un loco que le gusta la anatomía y ha disectado vertebrados lo suficiente como para saber dónde está el oído de varios. Estará en cada quien analizar la información presentada y decidir cómo proceder. Por mi parte los dejo con este bonito dinosaurio orejón.

Obra de Midiaou Diallo. Note cómo el artista eligió colocar el meato en la parte de abajo de la fenestra.


Fuentes:

◘ Shute, C. C. D., & Bellairs, A. D. A. (1955, February). The external ear in Crocodilia. In Proceedings of the Zoological Society of London (Vol. 124, No. 4, pp. 741-749). Oxford, UK: Blackwell Publishing Ltd.

◘ Baumel, J. J. (1993). Handbook of avian anatomy: nomina anatomica avium. Publications of the Nuttall Ornithological Club (USA). no. 23.

◘ Witmer, L. M. (1990). The craniofacial air sac system of Mesozoic birds (Aves). Zoological Journal of the linnean Society, 100(4), 327-378.

◘ Holliday, C. M., Tsai, H. P., Skiljan, R. J., George, I. D., & Pathan, S. (2013). A 3D interactive model and atlas of the jaw musculature of Alligator mississippiensis. PLoS One, 8(6), e62806.


ANEXO.

Han notado que en los ceratópsidos existe esa "ventanita" aparentemente inservible (sus MAMEs pasaban por encima del cráneo (hacia la parte baja de la gola) y la ventana es completamente inútil como zona de inserción de MAMEs.


Esa ventanita es ni más ni menos que la fenestra temporal inferior y adivina qué huesos la bordean... Exactamente, el escamoso y el cuadratojugal. Los mismos que delimitan el oído. Y adivinen ¿dónde ponen los oídos en las reconstrucciones? Sí, tristemente fuera, casi en el cuello del animal.


Corrigendum: la posición del oído de los dinosaurios (no avianos)

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Hace casi un año que no posteo nada en el blog. Y es que es complicado. Por principio, está el proyecto del canal de Youtube, que me deja sin tiempo para hacer cosas como escribir. Y por otro lado, ya casi nadie lee y el público del blog fue en picada antes de iniciar siquiera el canal. Parece una tendencia general, las redes sociales, breves, audiovisuales y memeras, han sustituido a los blogs. En fin. La cosa es que en mayo del año pasado (yo juraba que había pasado menos), publiqué una entrada sobre la posición del oído en dinosaurios no avianos:


Esta fue bien recibida por muchos. Pero pasó el tiempo y debido a que estoy metido como asesor científico en dos proyectos, cada vez me tocaba ver más y más de anatomía de arcosaurios (no sólo de dinosaurios), para poderlos reconstruir. Para no hacer la historia larga, me di cuenta que el post tenía un error fatal: los meatos auditivos externos (oídos de aquí en adelante) de los dinosaurios NO estaban donde dije que estaban.


Resulta que los análogos que usé: aves (dinosaurios modernos) y cocodrilos (parientes vivos cercanos), "me mintieron". O mejor dicho, no noté que erré en las observaciones. El argumento central del post fue que los oídos de estos animales están EN la cabeza, así como el de muchos otros "reptiles". Y esto es cierto, así como también es cierto casi todo en el post, salvo dos "detalles".

1. El oído de las aves aparenta salir de la fenestra, pero en realidad sale del foramen de la caja craneana del que se desprende el par craneal encargado del oído (el VIII). Pero sucede que su caja craneana es enorme. Y por eso aparenta estar donde está la fenestra.

Región de la que emerge el oído aviano. Tomado de Witmer (1990).

2. Esta región en los dinosaurios no avianos está poco derivada y la encontramos más alejadas de la fenestra temporal. 

Zona de la que emerge el nervio auditivo (pars VIII) de Allosaurus fragilis. Obra de brantworks.com

En el cráneo de un dinosaurio no aviano podemos ver que dicho foramen parece emerger directo desde la fenestra.

Cráneo de Dromaeosaurus con la caja craneana señalada en amarillo y la fenestra temporal bordeada en rojo. Autor desconocido.

Pero el nervio hace una jugada poco eficiente (lo que de nuevo, revela que las estructuras fueron evolucionando y no surgieron perfectas, producto de diseño) y da la vuelta por detrás, para salir por la parte trasera del cráneo y situarse detrás del cuadrado.

En este modelo de cráneo de T. rex señalo (al inicio del gif) la salida que podría tener el nervio, pero cómo acaba saliendo por detrás del cráneo y va a dar detrás del cuadrado (ese hueso en forma de reloj de arena con la ventana oval). Modelo de BLM National Operations Center Geospatial Imaging.

Las aves expandieron el paraoccipital y crearon una estructura nueva, llamada "receso timpánico", que los dinosaurios no avianos no poseen. Dicho receso lo encontramos en esta zona:

El receso timpánico en las aves, una suerte de "cuenco"óseo donde se localiza el oído. Tomado de Nomina anatomica avium.


Receso en el modelo 3D de un cráneo de cuervo. Obra de lior304805.

Espero ya lo puedan notar. Este cráneo de pavo fue prestado a su servidor por Joaquín Eng Ponce.

O sea: las aves literalmente le hicieron un "techo" al oído, para alojarlo dentro de la cabeza, moviéndolo de la parte trasera del cráneo hacia dentro del mismo. Pero ¿qué pasa con los cocodrilos? Pues ellos también tienen el oído metido en la cabeza. Y no sólo eso, sino que además, poseen orejas, siendo los únicos reptiles con este tipo de adaptación.

La "oreja" de un alígator, levantada. Autor desconocido.

Veamos el cráneo de un cocodrilo. Todo parece indicar que todo esto es la fenestra temporal inferior.

Fotografía de Grigg y Kirshner (2015).

Pero eso es un error. Pues resulta que en realidad, la fenestra es sólo esto:

Imagen tomada del modelo 3D de Youbie's Collection.

Pero ¿qué pasó ahí? Resulta que indagando más, encontré un artículo de Montefeltro y colaboradores del 2016 donde estudian (por primera vez) esta peculiaridad. Y no sólo se quedaron en cocodrilos modernos y ya, sino que se fueron al registro fósil y resulta que existe algo llamado "cámara meatal", que es la forma que adoptaron los cocodrilos y sus parientes para alojar el oído dentro de la cabeza.

Cámara meatal (señalada en azul) de Osteolaemus tetraspis. Foto de Montefeltro et al. (2016).

Resulta que notosuquios (los crocodiliformes exitosos y diversos del Cretácico), talatosuquios(los crocodiliformes marinos, con otras formas de agua dulce) y los protosúquidos (crocodiliformes terrestres que aparecieron durante el Triásico) tenían ya este rasgo. Con lo que se adelantaron a las aves en llevar sus oídos al interior de la cabeza por poco más de ¡100 millones de años! Es decir, tuvieron evolución paralela tras un centenar de millones de años.

Filogenia con las posiciones y anatomías del oído de la cámara meatal de los Crocodyliformes. Los talatosuqios eran un poco raros en este sentido, pues tenían la cámara reducida y probablemente poseían un oído con la condición primitiva: fuera de la cabeza. Figura de Montefeltro et al. (2016).

Así que, reuniendo de nuevo la evidencia, todo parece indicar que:

1. Aves y cocodrilos (los únicos arcosaurios vivientes) poseen el oído dentro de la cabeza por evolución paralela.

2. Los dinosaurios no avianos (y aves primitivas no Ornithothoraces) poseían un oído primitivo, fuera de la cabeza.

Y ahora, con esto entendido. Ya podemos situar el meato auditivo externo en la mayoría de los dinosaurios. Su posición sería la siguiente:


En un "prosaurópodo" (Plateosaurus de Jaime A. Headden).


En un saurópodo (Diplodocus de Jaime A. Headden). Note cómo estos dinosaurios desarrollaron de forma paralela a las aves y cocodrilos, un ingreso del oído al cráneo. Y esto es porque se sospecha que era uno de sus mejores sentidos, lo que explica su posición.


En un oviraptórido. Ilustración de Jaime A. Headden.


En un anquilosaurio. Ilustración de Jaime A. Headden.


En un estegosaurio. Modelo de Idaho Virtualization Laboratory.


Los ceratópsidos poseen un caso extraño. No parece haber paso entre su caja craneana y el punto donde debe ir el nervio ótico hacia el oído.


En un paquicefalosaurio (Modelo de Stegoceras de WitmerLab).


En un hadrosáurido. Edmontosaurus regalis de Jaime A. Headden.


Referencias:

Witmer, L. M. (1990). The craniofacial air sac system of Mesozoic birds (Aves). Zoological Journal of the Linnean Society, 100(4), 327-378.

Bever, G. S., Brusatte, S. L., Carr, T. D., Xu, X., Balanoff, A. M., & Norell, M. A. (2013). The braincase anatomy of the Late Cretaceous dinosaur Alioramus (Theropoda: Tyrannosauroidea). Bulletin of the American Museum of Natural History, 2013(376), 1-72.

Grigg, G. & Kirshner, D.  (2015). Biology and evolution of crocodylians. Csiro Publishing. 649p.

Montefeltro, F. C., Andrade, D. V., & Larsson, H. C. (2016). The evolution of the meatal chamber in crocodyliforms. Journal of Anatomy, 228(5), 838-863.


Paleonews: Serie de crecimiento de T. rex

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Bienvenidos de nuevo al blog. De hoy en adelante usaré este medio para principalmente discutir noticias. Y los temas más complejos los seguiré tratando a manera de video en el canal. Si es un matusalénico que no conoce el canal, te invito a visitarlo.
Y ahora sí. A lo que venimos. Se acaba de publicar un nuevo estudio en la revista PeerJ sobre Tyrannosaurus rex. Y como es casi obligatorio, toca hablar del dinosaurio más popular de todos.


El nuevo estudio corre a cargo de uno de los mayores expertos en tiranosaurios, el Doctor Thomas D. Carr. El paper lleva por título "A high-resolution growth series of Tyrannosaurus rex obtained from multiple lines of evidence", que se traduce como "una serie de crecimiento de Tyrannosaurus rex obtenida con múltiples líneas de evidencia".

Artículo de libre acceso haciendo clic aquí.

Este estudio tiene una aproximación nueva (para mí al menos) e interesante: un ontograma. Que es como un cladograma, pero con ejemplares de la misma especie y de diferentes edades. Y es que, es interesante porque si es cierto que la máxima de "la ontogenia recapitula la filogenia", entonces, un ontograma sería capaz de recuperar los cambios de estado de carácter de la especie durante su desarrollo. Los estados de carácter, para los que no estén empapados en sistemática filogenética, son las diferentes formas que puede tomar un mismo carácter. Por ejemplo, tenemos por decir, la forma de una falange: esbelta, media y gruesa. Cada uno de estos estados de carácter se codifica observando (y estableciendo criterios que reduzcan/eliminen la subjetividad del mismo) los diferentes ejemplares.

Ontograma de T. rex. Tomado de Carr (2020).

Y bueno ¿Qué pasó? Pues que con ayuda del ontograma se pudo recuperar la serie de transformaciones morfológicas por las que atravesaba esta especie. Y una de las cosas más interesantes que se pudo observar es que T. rex atravesaba por una "pubertad loca", que presentaba cambios morfológicos tan extremos que sólo son semejantes a la metamorfosis que presentan algunos peces óseos derivados (Teleostei). Eso explica por qué sus juveniles eran considerados otra especie (tose en nanotirano).

Promoción descarada de un video nuestro: https://youtu.be/JmYC3Zd24sY

Y es que, Carr ya ni se molesta en -otra vez- discutir por qué Nanotyrannus lancensis no es una especie válida, pues un estudio similar ya había sido llevado a cabo. Acá, sólo se limita a destruir de una vez por todas el asunto no tan zanjado del "surco dentario". Así que ya no hay más nanotirano, sólo T. rex.


Otra conclusión valiosa del estudio es que gracias a la serie de crecimiento y estudios histológicos, ahora se pueden saber varias cosas de la ontogenia de T. rex como ¿Cuándo se hacía adulto? ¿Cuándo estamos hablando de un subadulto? Y similares.

Ontogenia de T. rex resumida. Tomado de Carr (2020).

Vemos que la especie era juvenil hasta los 12 años de edad, empezando su madurez sexual (el equivalente de nuestra pubertad) a los 13 años y finalizando su "adolescencia" a los 15 años. Se les consideraba subadultos de los 14 y hasta los 17 años, mientras que el término de desarrollo somático les llegaba hasta los 18 años. T. rex se consideraba adulto joven de los 17 y hasta los 22 años de edad. Y se consideraba adulto pleno pasando los 22 y entrando a los 23 años, cuando su cráneo adquiría ya la estructura externa base que tendría el resto de su vida. Y pasando los 28, se consideraban venerables ancianitos (organismos seniles). En este sentido, Scotty y Sue eran ya chochitos.

Distribución de ejemplares analizados con respecto a su edad y estado ontogenético. Tomado de PeerJ blogs. Como dato curioso, nuestro logo (que llevo tatuado en el brazo) sería recién un adulto.

Este estudio es importante porque permite entender como nunca antes, los cambios ontogenéticos de un dinosaurio que ha sido estudiado por 115 años y que sin duda, establece una nueva forma de estudiar la ontogenia de los dinosaurios. Esperemos que más dinosaurios (y otros organismos) puedan ser estudiados de esta forma, pero eso sólo pasará cuando se tenga una muestra fósil representativa.

Fuente:

Carr TD. 2020. A high-resolution growth series of Tyrannosaurus rex obtained from multiple lines of evidence. PeerJ 8:e9192 https://doi.org/10.7717/peerj.9192

Nuevas especies de ceratópsidos

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Volvemos con más Paleonews. En esta ocasión, la descripción de dos especies nuevas de dinosaurios ceratópsidos, esos con cuernos y golas que todo niño (y dinofan) ama. Los recién llegados fueron descritos en una publicación de la revista PeerJ titulada "Transitional evolutionary forms in chasmosaurine ceratopsid dinosaurs: evidence from the Campanian of New Mexico", "Formas evolutivas transicionales en dinosaurios ceratópsidos kasmosaurinos: evidencia del Campaniano de Nuevo México".

Título del paper nuevo.

Este artículo tiene como autores a Denver W. Fowler​ y a Elizabeth A. Freedman Fowler, investigadores del Museo de Dinosaurios de las Badlands de Dakota del Norte, el Museo de las Rocallosas y el Departamento de Ciencias Naturales de Dickinson, Dakota del Norte. En síntesis, el paper analiza la posición estratigráfica de varios dinosaurios ceratópsidos kasmosaurinos, con especial atención a las golas (las estructuras alargadas de la parte posterior del cráneo).  Esto en las formaciones geológicas Kirtland y Fruitland.

Procedencia estratigráfica y correlación de los ejemplares estudiados por Fowler y Freedman Fowler (2020).

Varios de estos ejemplares estaban sin identificar o se sostenía que eran del género Pentaceratops. Para probar esta hipótesis, los autores llevaron a cabo un estudio morfológico usando una herramienta conocida como morfometría geométrica, misma que permite ver la variación de las estructuras y poder así entender mejor cómo se modifican las formas. Esto es de particular importancia en un contexto evolutivo y en este caso, taxonómico, pues permitió la descripción de nuevas especies.

Análisis de morfometría geométrica en cráneos de kasmosaurinos. Tomado de Fowler y Freedman Fowler (2020)

La primera de estas especies fue: Navajoceratops sullivani, descubierta en la base del miembro Hunter Wash Mbr, de la Formación Kirtland y que posee una antiguedad aproximada de 75 millones de años. Esta especie se destaca por la posesión de un surco medio de la gola bastante cerrado, en el que los epoccipitales (huesos que forman el margen de la gola) más grandes se aproximan hasta casi cerrar dicho surco. Además, la especie posee un par de epoccipitales en la región media del surco, muy por debajo de donde se les suele encontrar.

Reconstrucción de Navajoceratops sullivani, note los aspectos en la gola previamente descritos en el texto. Arte de Ville Sinkkonen.

La segunda especie descrita es: Terminocavus sealeyi, descubierta en la parte media del miemrbo Hunter Wash, también en la Formación Kirtland, pero con una edad aproximada de 74.7 millones de años. Esta otra especie presenta el surco medio de la gola casi cerrado, con los epoccipitales que en Navajoceratops se encuentran en contraposición, mucho más reducidos. Además, carece de los epoccipitales accesorios que presenta su pariente (y probable ancestro) Navajoceratops, en la parte media del surco de la gola.

Reconstrucción de Terminocavus sealeyi, note los aspectos descritos en el texto. Arte de Ville Sinkkonen.

Estas dos especies representan un vínculo evolutivo entre Utahceratops gettyi, presente en la parte media de la Formación Kaiparotiws de Utah, con una antigüedad de 76 a 75.6 millones de años, con el tardío Anchiceratops ornatus de la Formación Horseshoe Canyon y de una antigüedad de 72 a 71 millones de años. Y en esta línea anagenética nueva detectada, se tiene por el medio a una especie nuevo no descrita pero identificada como afín a Pentaceratops.

Línea filética propuesta en el artículo. Utahceratops de Lukas Panzarin. Pentaceratops de Sergey Krasovskiy. Navajoceratops y Terminocavus de Ville Sinkkonen. Anchiceratops de John Sibbick.

Sin duda, un avance en el entidimiento de la evolución de los dinosaurios con cuernos. Y sin duda, cada nueva especie de estos carismáticos reptiles es siempre bienvenida.

Ilustración de Ville Sinkkonen.


Fuente:

Fowler DW, Freedman Fowler EA. 2020. Transitional evolutionary forms in chasmosaurine ceratopsid dinosaurs: evidence from the Campanian of New Mexico. PeerJ 8:e9251 https://doi.org/10.7717/peerj.9251






Rayos durante el impacto K/Pg

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El evento de extinción masiva de finales del Cretácico es quizá uno de los que más ha llamado la atención del público general, pues es el fenómeno que puso fin al reinado de los grandes dinosaurios (no avianos). Y desde la década de los ochenta, se ha ido gestando información que refuerza la idea de que un bólido  espacial, en este caso un meteorito, fue el responsable de este fenómeno. A este meteorito, así como al cráter que dejó tras de sí se le denomina como el pueblo de donde se obtuvieron las evidencias: Chicxulub.

Representación artística del impacto. Imagen de Don Davis.

El impacto tuvo lugar hace 66 millones de años y entre las múltiples catástrofes que desató encontramos incendios forestales masivos, que parecen estar vinculados a la extinción de grupos particulares de aves, como las enantiornites.

Representación de los incendios masivos de finales del Cretácico. Arte de Philipp M. Krzeminski.
Post al respecto (más detallado) en este enlace.

Además, se sabe que el impacto produjo megatsunamis y sismos de una intensidad nunca antes vista por el ser humano. Y que esperemos no ver nunca. Pero además, el impacto produjo inicialmente lo que se conoce como "cortina de eyecta" (eyecta blanket en inglés), que es cuando el material expulsado desde dentro del cráter se desplaza hacia afuera del mismo de forma horizontal, arrasando todo en su paso.

Diagrama de cómo se dispersa la cortina de eyecta desde el punto de impacto. Tomado de nuestro video de "Las primeras víctimas del asteroide que mató a los dinosaurios".

Precisamente, un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature, presenta un nuevo tipo de material asociado directamente a esta cortina de eyecta: los "Guijarros de Pook" (Pook’s Pebbles en inglés).

Micrografía de uno de los guijarros de Pook. Tomado de Kletetschka et al. (2020).

Al analizarlos, los científicos descubrieron que estaban cargados magnéticamente y que además, estas cargas estaban completamente dispares entre sí. Esto último indicaría que el evento que las cargó cuando eran líquidas aún, tomó lugar durante la expulsión de la cortina de eyecta. Y por si no fuera poco, los científicos descubrieron que este material sufrió deformaciones importantes (recristalización  de la calcita, específicamente) a tan solo 0.2 mm de haberse enterrado, lo que significa que durante su caída experimentaron intenso calor y presión.

Uno de los guijarros de Pook, listo para el análisis. Tomado de Kletetschka et al. (2020).

Esta evidencia se interpreta como una cortina de eyecta que estaba experimentando no sólo una gran presión y temperatura, sino además, intensos rayos que se formaban con la fricción del material expulsado tras el impacto. Esta imagen es digna de una película apocalíptica (o quizá hasta más). Imagina una cortina de material rocoso líquido, súper calentado, a gran presión y que para colmo, trae consigo una red eléctrica de rayos como ningún otro, barriendo con todo a su paso. Una escena de pesadilla.

Photoshop de baja calidad hecho por un servidor. Autor original desconocido.

Esto recuerda al fenómeno de los rayos en medio de las erupciones volcánicas. Ahora sólo imagínalo en cortina y en versión infernal.

Tomado de Barcroft TV.

Estudios como este complementan nuestra visión de un fenómeno que ocurrió poco más de 66 millones de años en el pasado, uno que acabó por modelar el presente al provocar un recambio de fauna y flora como no había ocurrido sino millones de años antes. El evento K/Pg que le dio forma al Cenozoico, la era de los mamíferos.

Fuente:

Kletetschka, G., Uria, A. O., Zila, V., & Elbra, T. (2020). Electric discharge evidence found in a new class of material in the Chicxulub ejecta. Scientific Reports, 10(1), 1-11.

El oso ursino más antiguo (y ¿vegetariano?)

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En un post de hace ya ¡siete años! Hablé de las especies de osos que existen en la actualidad. Estas especies se han mantenido y no se han descrito nuevas, así como tampoco se ha extinto alguna (afortunadamente).

Post viejito, pero con información vigente. Haz clic aquí si quieres echarle un ojo.

Estas especies se agrupan tradicionalmente en tres subfamilias: Ailuropodinae, que sólo contiene únicamente al oso Panda gigante: Ailuropoda melanoleuca. Tremarctinae, que contiene a los actuales osos de anteojos de Sudamérica: Tremarctos ornatus. Y a la Ursinae, que contiene al resto de osos, generalmente cobijados bajo el mismo género: Ursus. Esta última es la que se considera más exitosa, pues fue más diversa en el pasado y aún hoy, lo sigue siendo.

Ursus arctos, el oso pardo. La especie de oso más exitosa del planeta.

La cosa es que recién se publicó un artículo donde describen una nueva especie de ursino. El estudio estuvo a cargo de investigadores del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias y del Museo Americano de Historia Natural. Y el artículo fue publicado en la revista científica iScience (Inclusive Science: Ciencia inclusiva), de la editorial Cell.


En dicho artículo se describe una especie nueva: Aurorarctos tirawa. Nombre que significa "oso de la aurora del dios Tirawa". Esta figura es una deidad importante para los Pawnee, pueblo indígena de las grandes planicies de Estados Unidos de América. A. tirawa fue descubierto en la cantera Stewart, ubicada en el norte de Nebraska. Su edad corresponde al Mioceno medio y a la edad biogrocronológica de mamíferos terrestres de América del Norte conocida como Barstoviano, que tiene una edad aproximada de entre 15 y 12.5 millones de años.

El Mioceno en las grandes planicies de EUA. Arte de Jay Matternes.

El holotipo, es decir, el material fósil que representa a la especie consta de una mandíbula con algunos dientes preservados (del premolar cuarto al molar segundo). Pero además, se conocen otros restos, como los molares superiores correspondientes con los del holotipo y una parte distal de húmero.

Material fósil de A. tirawa. A) Húmero. B) Mandíbula holotipo. C-E) Premolar y molares superiores. Tomado de Jiangzuo y Flynn (2020).

Y bueno, la cosa es que tras llevar a cabo un análisis filogenético, los autores recuperaron a Auroractos tirawa como un miembro basal de la subfamilia Ursinae. Pero no sólo es basal, es también el miembro más antiguo conocido del grupo, precediendo a otros por al menos 3 millones de años. Pero eso no es todo, en el análisis filogenético, los autores reemplazan a la subfamilia Tremarctinae con la tribu Arctotheriini, algo que desgraciadamente, no se discute en el artículo y que probablemente sea discutido por otros investigadores más adelante.

Análisis filogenético calibrado con el tiempo geológico. Tomado de Jiangzuo y Flynn (2020).

Pero el estudio no sólo es importante por eso, sino que además tras analizar la dentición de A. tirawa, los autores descubrieron que esta especie, como la mayoría de su grupo, era omnívora, pero notaron además una fuerte propensión al consumo de plantas. Lo que hace que al menos en la base del grupo, la tendencia dietaria fuera esa, el consumo de vegetación. Esta nueva especie y su húmero, muestran además que su ecoespacio preferido era el arborícola, lo que sugiere que el modelo previo, de ursinos surgiendo de un ancestro terrestre es erróneo y explica además, el por qué casi todos los osos ursinos en sus formas juveniles y adultas medianas, son capaces de trepar árboles.

Reconstrucción artística de Aurorarctos tirawa. Tomado de Jiangzuo y Flynn (2020).

Este nuevo descubrimiento le da por ende, un rostro completamente distinto al ancestro de los osos avanzados modernos y nos da pistas para saber que la clave de su éxito está precisamente, en el consumo de plantas. Al final, este oso demuestra que a veces, sí se podía vivir de ensalada.

Fuente (de libre acceso):

Jiangzuo, Q. & Flynn, J. J. (2020). The earliest ursine bear demonstrates the origin of plant-dominated omnivory in Carnivora. iScience, 101235. DOI:https://doi.org/10.1016/j.isci.2020.101235

Evolución del tamaño cerebral en Aves (y dinosaurios no avianos)

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Los humanos estamos obsesionados con los cerebros y es quizá porque nosotros tenemos uno grandote y lo queremos andar presumiendo... En fin, la cosa es que se han hecho muchas comparaciones a lo largo del tiempo entre la evolución del cerebro humano y el de las aves, aludiendo un caso de paralelismo entre la encefalización aviar y la homínida. Y algunos descarrilados han incluso sugerido que los dinosaurios eran más inteligentes, quizá motivados por afirmaciones soltadas en películas sobre la gran inteligencia de los "raptores". Lo bueno, es que existe la ciencia y que gracias a ella, podemos poner a prueba estas afirmaciones.

"Ellie, (los raptores) eran más listos que los delfines o las ballenas, eran más listos que los primates". Escena curseada de JP3.

Y precisamente, eso fue lo que acaba de ocurrir en un paper recién publicado sobre la evolución del tamaño del cerebro de las aves, contando desde antes, desde los dinosaurios no avianos, como los "raptores" de las pelis. Pero en el estudio no sólo fueron a ver uno o dos cerebritos, sino que además de analizar más de 2,000 cerebros de aves modernas, se aventaron la gloriosa idea de comparar el tamaño de dicho cerebro con el tamaño corporal, en un esquema evolutivo.

El nuevo artículo de investigación "Tiempo y patrones de la evolución del tamaño cerebral en aves".

Gracias a este estudio, se obtuvo una nueva métrica de comparación de cerebros, que depende del tamaño corporal (masa) de los organismos comparados. Porque puedes tener un cerebro de 1,800 centímetro cúbicos, que sobrepasa con creces a nuestros humanos 1,300 cc... Pero el dueño de esos 1,800 es un cachalote, por lo que no representa realmente una medida contrastada de dicho cerebro, pues se debe considerar el ponderarlo por la masa del animal.

Ese modelo de cerebro gigantesco pertenece a un cachalote, mientras que el alfeñique del fondo, representa un cerebro humano.

Entre los resultados principales del estudio destaca que los paravianos no avianos (como Tsaagan mangas, antes reconocido como Velociraptor) y las primeras aves (avialanos como Archaeopteryx lithographica) poseían tamaños de cerebro similares, a pesar de sus diferencias de tamaño. También destaca que los dinosaurios no avianos más con mayor tamaño de cerebro eran los trodóntidos, como Zanabazar junior (antes Saurornithoides junior). Pero antes de que comiencen a pensar en dinosauroides humanoides reptilianos, cabe destacar que este gran cerebro también lo poseían (y considerando ya la escala) Tyrannosaurus rex y Alioramus remotus, ambos, tiranosáuridos. 

Reconstrucción de Tsaagan mangas, obra de Ville Sinkkonen.

Otra cosa interesante que muestra el estudio es que las aves se hicieron más listas (sus cerebros  aumentaron de talla) después de la extinción K/Pg y que además, sólo dos grupos de aves muestran incremento considerable de tamaño cerebral: los Psittaciformes (pericos y parientes) y los cuervos (familia Corvidae). Sin embargo, estos Einsteins del mundo de las aves lograron esta proeza de forma opuesta. Los loros y parientes lo lograron reduciendo su tamaño corporal, pero manteniendo su volumen cerebral, mientras que los cuervos lo lograron volviéndose gigantes pero además, incrementando su masa cerebral.

Resumen gráfico del estudio. A) Cladograma con las especies analizadas. B) Tamaño relativo del cerebro en dichas especies (más a la derecha, es más cerebrón).  C) Modelos tridimensionales con los cerebros. Tomado de Ksepka et al. (2020).

Este estudio es el primero de su tipo, tanto por la inclusión de una muestra amplísima, como por la nueva aproximación que da mucha más luz al proceso evolutivo del tamaño del cerebro de los vertebrados. Esperemos que próximamente, el equipo esté planeando algo similar pero con mamíferos extintos, ya que sin duda, estos estudios son realmente importantes para entender mejor procesos relacionados con el tamaño del cerebro, como la complejidad de la conducta.

Gráfico donde se muestra el incremento del tamaño cerebral, ilustrado (deflagrado) con memes. Tomado de Ksepka et al. (2020).


Fuente (artículo de libre acceso):

Kpsepka, D.T., Balanoff, A.M., Smith N.A., Zanno, L.E., et al. (2020). Tempo and Pattern of Avian Brain Size Evolution. Current Biology. 30(11): P2026-2036.E3. DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.03.060

El primer mamífero del Mesozoico de Chile

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Los mamíferos del Mesozoico son más diversos de lo que la gente les da crédito. En el imaginario colectivo el Mesozoico sólo estuvo poblado por mamíferos de talla ratón que se escondían cobardemente en las sombras, temerosos todo el tiempo de los dinosaurios. Pero esa visión ha ido cambiando con los nuevos descubrimientos y con la comunicación de la ciencia, pues ahora sabemos de la existencia de mamíferos que antes, sólo se quedaban en los artículos científicos. Entre estos mamíferos encontramos símiles de nutrias, animales planeadores, vegetarianos talla wombat y feroces depredadores que se zampaban crías de dinosaurio si podían.

Repenomamus, un depredador del Cretácico. Arte de Mark Hallett.

Y precisamente, hace unos días se dio a conocer una nueva especie de mamífero del Mesozoico, pero su peculiaridad es que procede de Chile, un país que hasta ahora no había tenido la fortuna de toparse con los sedimentos portadores de fósiles de estas peludas criaturas. El estudio nuevo estuvo a cargo de un equipo diverso con investigadores de la Red Paleontológica U-Chile, del  Instituto Antártico Chileno y el Museo Nacional de Historia Natural de Chile. Además de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara de Argentina y del CONICET. Así como de la  Universidade do Vale do Rio dos Sinos, de Brasil.

Título y autores del trabajo de investigación.

La nueva especie lleva por nombre: Magallanodon baikashkenke. Su nombre de género es en referencia a la Región de Magallanes, al Sur de Chile, más el sufijo -odon, para diente: "diente de Magallanes". Y su epíteto específico está dado en lengua tehuelche, o aonekko y hace referencia a los términos bai, abuelo y kashkenke, valle. Por lo que su nombre científico se traduce como "Diente de Magallanes, procedente del Valle del Abuelo". Y este nombre le fue dado porque la región donde se descubrió, en el valle del Río de Las Chinas se conoce precisamente como el valle del abuelo.

Ubicación (A), geología (B) y posición estratigráfica (C) de M. baikashkenke (a 30 metros de la base de la columna). Tomado de Goin et al. (2020).

Su material holotípico (el que representa a toda la especie) consta de un molariforme 1 inferior izquierdo. Y su hipodigma (el resto del material fósil) consta además de: un incisivo derecho y dientes molariformes. Y para los que estudiamos mamíferos, nos queda claro que un diente, si porta características diagnósticas (como es este caso), claro que sí que puede recibir un nombre de especie. Y es que, los dientes de mamífero son mucho más complejos que los dientes de la mayoría de los otros vertebrados y mucha de la taxonomía de este grupo se basa, precisamente en dientes.

Holotipo de M. baishkenke. A) micrografía de microscopio electrónico de barrido. B-G) fotografías con luz natural, en vistas B) oclusal, C) radicular, D) labial, E) lingual, F) mesial y G) distal. Tomado de Goin et al. (2020).

Magallanodon baikashkenke fue descubierto en sedimentos de la Formación Dorotea, en su porción inferior para ser precisos. Misma que data del límite del Campaniano con el Maastrichtiano, los dos últimos pisos del Cretácico y consecuentemente, del Mesozoico.

Incisivo de M. baishkenke. Tomado de Goin et al. (2020).

El grupo de mamíferos al que pertenecía M. baikashkenke es conocido como: Gondwanatheria. Este grupo, identificado por primera vez por el paleontólogo Álvaro Jaime Mones Sibillotte es de afinidades inciertas. Aunque se ha propuesto que pudiera estar relacionado a los multitiberculados, formando un grupo con el grupo de los cimolodontos, aunque esto, no es seguro.

Vintana sertichi, un gondwanaterio de la familia Sudamericidae, no tan cercanamente emparentado a B. baikashkenke. Arte de Emily M. Eng.

Este nuevo fósil aporta nueva evidencia de este grupo de mamíferos en el Cretácico final de lo que hoy es Chile además de ser el registro más sureño del grupo. Esperamos que nuevas investigaciones puedan descubrir más de esta diversidad de mamíferos de la era de los dinosaurios y que amplíen nuestro conocimiento del grupo no sólo en el país, sino en toda la región.

Fuente:

Goin, F.J., Martinelli, A.G., Soto-Acuña, S., Vieytes, E.C., Manríquez, L.M.E., Fernández, R.A., Pino, J.P., Trevisan, C., Kaliza, J., Reguero, M.A., Leppe, M., Ortiz, H., Rubilar-Rogers, D., Vargas, A.O. (2020).  First Mesozoic mammal from Chile: the southernmost record of a late Cretaceous Gondwanatherian. Boletín del Museo Nacional de Historia Natural, Chile, 69 (1): 5-31.

Artículo disponible en: https://bit.ly/2AX0HGF


La caja cerebral de Irritator

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Irritator challengeri es una especie de dinosaurio espinosáurido que vivió durante el Cretácico temprano, específicamente durante el Albiano, hace unos 110 millones de años. Este dinosaurio se salvó de la ola de sinonimias que puso a otros espinosáuridos sudamericanos como sinónimos de Spinosaurus aegyptiacus, como Oxalaia Sigilmassasaurus. O sea que, Irritator sí es válido. Si es o no distinto de Angaturama limai, está por verse.

Si quieres saber más sobre esto de que Spinosaurus vivió en América, te dejo enlace a nuestro video de youtube donde lo explicamos mejor.

En fin, la cosa es que recién se publicó un estudio en la revista Scientific Reports, una filial de Nature; donde estudiaron la caja cerebral de Irritator y se llevó a cabo un estudio de su neuroanatomía. El estudio fue realizado por investigadores de Alemania y Suiza. Y ¿Cómo se estudia la neuroanatomía de un cráneo que no puedes cortar? 🤔 Ah, pues se emplean tomografías computarizadas para generar un modelo tridimensional digital y poder estudiar dicho modelo. Esta técnica no es invasiva y permite estudiar detalles finos que no son posibles de ver a simple vista.

El paper lleva por título (traducido) La neuroanatomía del espinosáurido Irritator challengeri (Dinosauria: Theropoda) indica adaptaciones potenciales para la piscivoría.

El estudio reveló que Irritator era un animal de instinto, pues su tallo cerebral y su mesencéfalo no estaban muy separados uno del otro. Y es que, el tallo cerebral se encarga de coordinar las acciones relacionadas al instinto y la parte del mesencéfalo, le aporta la información del medio, incluyendo la visión, audición, el control del sueño y el estado de alerta. Además, se encontró un bulbo olfatorio bastante grande, pero no tanto como el del famoso T. rex.

Modelo 3D del encéfalo de Irritator. En azul el cerebro. En rosa el laberinto óseo. Y en amarillo: los nervios craneales, el terror de la memoria de un estudiante de medicina. Tomado de Schade et al. (2020).

Pero lo realmente interesante fue descubierto en la zona del oído y en particular, la del oído interno (el oído medio y el externo no se suelen preservar, al no ser óseos). Esta zona fue la del laberinto, una región en forma de "arcos" (los canales semicirculares) que se unen en una especie de tallo, denominado vestíbulo y que posee una especie de espira lateral llamada apropiadamente: caracol. Este órgano es también conocido como el aparato del equilibrio, pues es encargado en gran parte de enviar información al cerebro sobre la posición de la cabeza con respecto a la del suelo.

Esquema de la anatomía del oído interno humano. Figura de (CC) CNX OpenStax.

Pero además, este órgano y sobre todo, la orientación de los canales semicirculares se ha empleado en la reconstrucción científica de la postura natural de la cabeza de los dinosaurios y otros organismos (aunque claro, no es el único factor que determina esto). Y su estudio en Irritator nos dice que la postura natural de la cabeza de este dinosaurio era inclinada, con el hocico a unos 45° con respecto a la horizontal. Algo que nosotros habíamos predicho sugerido en nuestro video de Spinosaurus. Esta adaptación, más el hecho de que Irritator poseía un receso flocular (que es una zona que atraviesa los canales semicirculares y da conexión al oído interno con el cerebro) de tamaño considerable, sugieren que era capaz de recibir coordinar movimientos rápidos de la cabeza. Y los autores del estudio sugieren que estos y su oído medio le permitirían pescar dando rápidos movimientos de cabeza hacia abajo. Lo que lo coloca como un depredador de emboscada.

Anatomía del oído interno de Irritator challengeri. En azul, el receso flocular. Tomado de Schade et al. (2020).

Este es el primer estudio en forma sobre la neuroanatomía de un dinosaurio pescador y nos da pistas sobre cómo vivían estas criaturas. Esperemos que existan más trabajos de este tipo porque son sin duda, fascinantes.

Fuente (de libre acceso):

Schade, M., Rauhut, O.W.M. & Evers, S.W. Neuroanatomy of the spinosaurid Irritator challengeri (Dinosauria: Theropoda) indicates potential adaptations for piscivory. Sci Rep 10, 9259 (2020). https://doi.org/10.1038/s41598-020-66261-w


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